Castella está de vuelta. Madrid, la que lo puso arriba, volvió a ser su plaza talismán en el momento que más lo necesitaba. Desde 2019 no la pisaba con el ‘chispeante’ puesto. Llegó a Las Ventas poco después de las 18.40 horas. Semblante serio, mirada pérdida, caminando seguro de sí mismo. No había tenido un buen comienzo de temporada y eso hizo atraer las dudas en su cabeza y en la de los aficionados pero salió ‘Rociero‘, un enclasado y bravo toro de Jandilla, y Castella lo cuajó. Lo bordó al natural, ¡Qué temple tiene el francés en sus muñecas! Una tanda de oro, con muletazos profundos, sin toques, sin brusquedad y un ajuste total. El Castella de siempre pero más expresivo. Enloqueció a su público, a sus Ventas y lo mató por arriba. La plaza era un clamor de pañuelos blancos y el presidente, el tan criticado Eutimio Carracedo, le otorgó las dos orejas que le sirvió para abrir su sexta Puerta Grande convirtiéndose en el matador en activo, junto a Perera, con más salidas a hombros.
Abrió plaza ‘Histérico’ de Jandilla, de gran caja y corto de cuello. Cumplió en varas y fue protestado tras perder las manos reiteradamente. No mejoró durante la lidia. Un toro que se defendía, no humillaba y no tenía transmisión. A media altura protestaba y por abajo se caía. Imposible para el lucimiento en esta plaza. Castella, que volvía a Madrid, lo intentó todo y sacó lo poco que tenía el toro. Demostró su depurado oficio para conseguir dos tandas finales de derechazos donde el temple y la firmeza se impusieron limando las asperezas del Jandilla. Estocada baja.
Sebastián Castella bordó el toreo en el cuarto de la tarde, un toro con mucha clase y ritmo que fue ideal para el reencuentro del Galo con la afición de Madrid. Cuajó al toro y disipó de un plumazo todas las dudas que había en su cabeza tras un inicio de temporada dubitativo. Comenzó con unos estatuarios de infarto rematadas con dos pases por bajo de desgarro. Cumbre el toreo al natural con una tanda superlativa por encima de todas. Con gran colocación, expresión, temple y gusto que puso al público en pie. Estuvo firme y entregado, como hay que venir a esta plaza. Se enrosco al toro a la cintura en los derechazos, ralentizando las embestidas y haciendo crujir la plaza. Un torero roto llegó a por la espada. Antes de matar unas manoletinas con mucha pasión y un trincherazo de muchos kilates. Estocada entera en el sitio. Dos orejas.
‘Lodazal’ salió en segundo lugar para Manzanares. Un toro que no albergó muchas esperanzas en los primeros tercios demostrando sosería y poca calidad en sus embestidas. Tampoco tenía excesiva fuerza perdiendo las manos reiteradamente al verse obligado, sin embargo el toro fue a más sacando emoción y casta al final de la faena. Manzanares estuvo centrado y con mucho oficio para mantener al toro en pie y potenciar sus virtudes para que le permitiese el cierre de la faena al alza. En líneas rectas, tandas cortas y templadas fue afianzando al de Jandilla. Lo mejor llegó en las dos tandas finales de derechazos. Mucho poder y empaque del alicantino escuchándose los ‘olés’ del respetable aunque desde el sector más crítico de la plaza le censuraron la colocación. A pesar de estas dos tandas la faena no rompió. Estocada caída.
José María Manzanares desplegó su poderoso capote para lancear con mucha seguridad y empaque al quinto. Siempre ganándole terreno, encadenó las verónicas elevando esta suerte del toreo a su máximo esplendor. El toro fue de más a menos y tras cumplir en varas fue apagándose como una vela hasta llegar a la muleta muy parado. Manzanares mucha voluntad pero poco éxito. Pinchazo y estocada.
Pablo Aguado salió dispuesto con el tercero. Lo lanceó a la verónica con una sutileza al alcance de los elegidos, lástima que el viento no permitiera redondearlo. ‘Secretario’ de Jandilla demostró clase pero justeza de fuerzas. Llegó a la muleta sin vida y con muy poca fuerza y eso en Madrid es imposible de levantar. Aguado estuvo voluntarioso pero el público no le echó cuenta ante la escasa fortaleza del toro. Estocada casi entera.
‘Iralimpio’ cerró plaza. Un toro que no permitió el lucimiento en el capote de Pablo Aguado y que tampoco destacó en varas. No sirvió en la muleta. Un toro sin vida, sin emoción, ni clase, que se quedó muy noble. Aguado sólo pudo demostrar sus ganas de agradar pero no consiguió enganchar a los tendidos. Imposible con estos mimbres armar un canasto. Tres pinchazos y descabello.
FICHA DEL FESTEJO:
Plaza de toros de Las Ventas de Madrid. Viernes 19 de mayo de 2023. Novena de la Feria de San Isidro.
Entrada: Lleno de “No hay billetes”.
Toros de Jandilla y Vegahermosa. Bien presentados y de juego dispar destacando el bravo cuarto. 1º deslucido, 2º encastado, 3º inválido, 4º bravo, 5º parado y 6º deslucido.
- SEBASTIÁN CASTELLA, silencio y dos orejas tras aviso.
- JOSÉ MARÍA MANZANARES, ovación y silencio.
- PABLO AGUADO, silencio y silencio tras aviso.