Llega el invierno, y con ello los reportajes de campo. En esta ocasión, La Tierra del Toro les trae este completo reportaje fotográfico bajo el objetivo de nuestro colaborador Jorge Delgado, acompañado de una interesante conversación con Mara Mayoral, la propietaria de la ganadería de Pablo Mayoral, un hierro único que pasta en tierras extremeñas. Disfrútenlo.
Empezamos la conversación hablando sobre los planes que la ganadería de Pablo Mayoral tiene para esta temporada 2024. La ganadera nos confiesa que “las cosas este año se están adelantando mucho. Cada vez empiezan a preguntar y vienen a ver los toros antes. Para este año tenemos dos corridas de toros y algún toro para las calles, tres o cuatro novilladas picadas y de la camada de erales tenemos para lidiar unos 35, y es algo muy bueno que se esté apostando por el futuro con las novilladas sin picadores”. Le preguntamos a Mara Mayoral por los destinos de sus toros, y aunque no pudo adelantarnos mucho más por respeto a las empresas, sí que nos confirmó que “lidiarán, de momento, todo en España”.
La charla se centra principalmente en la difícil situación actual del campo bravo y de esa premura con la que se reseña y se anuncian las ganaderías. “El año 2020 fue un año muy duro en el que hubo que quitar animales, y este año también ha sido muy complicado por la sequía, que se ha agravado por la enfermedad hemorrágica epizoótica. Hemos tenido que estar muy pendientes del ganado, y en cuanto notábamos cualquier síntoma, teníamos que actuar. A pesar de ello, nosotros hemos tenido muy buenos resultados que han sido la recompensa al sufrimiento y al trabajo, y también ese impulso para continuar”, afirma la ganadera.
Mara continua diciéndonos que “en ganaderías tan cortas como la suya y con la reducción de animales, es muy complicado igualar una corrida completa de seis toros, y eso puede hacer que se den muchos festejos de tres y tres toros, o de dos, dos y dos; lo que abre el abanico de todas las ganaderías y también obliga a los toreros a acartelarse con esos hierros con los que no suelen hacerlo”.
El toro de Pablo Mayoral
También hablamos de esa singularidad del toro de Pablo Mayoral, una ganadería que “está hecho a nuestra forma y a lo que hemos buscado siempre, ya que desde finales de los 60 no hemos introducido nada. Sí que es verdad que hace muchos años teníamos 500 reproductoras y eso nos permitió una variabilidad genética muy amplia en la ganadería. Hoy en día estamos en las 200 vacas madre y hay que mirarlo de otra manera para no tener problemas. Es un toro que lleva en manos de la familia muchos años y hemos criado un toro con una morfología y unas hechuras muy particulares y con el comportamiento que nos ha gustado. Siempre hemos querido seguir una línea y tener el concepto claro, a pesar de atravesar momentos diferentes y de las distintas modas. Una de las características que buscamos es un toro que humille, que tenga tenga profundidad en la embestida y que vaya con esa despaciosidad, que es lo difícil de ver en un animal”, comenta Mara.
Por último, quisimos recordar ese origen único del toro de Pablo Mayoral, que “en primer lugar se formó con una compra de reses de encaste Martínez, una punta posterior de animales de Curro Chica, de procedencia Veragua y ya después el mayor número de vacas y un semental a finales de los 60 de Víctor Huertas, de encaste Santa Coloma -rama Buendía-. Con todo eso fue con lo que se ha formado el toro de Pablo Mayoral, que con los años y la evolución ha llevado a fijar caracteres de las tres sangres, aunque esa humillación y despaciosidad está más enfocado al Santa Coloma”.